Siempre me ha gustado el mar. Consigue que nunca me falten
versos para escribirle. No obstante, hoy no iba a hacerlo. Eran mis vacaciones
y prefería observarlo a él mientras se asomaba a la borda de ese enorme barco.
Recuerdo entonces cuando nos conocimos. Discutimos sobre
películas y terminó por confesarme que yo era la primera mujer a la que conocía
que prefería filmes de peleas, sexo y drogas a las historias de amor. Él, era
fiel a la intriga. Éramos diferentes, pero nos entendíamos bien.
Con el tiempo pasó a convertirse en mi musa pero de hoja
perenne. La razón por la cual mis acuarelas no dejaban de pintar. Y por primera
vez sentí que era la muchacha que siempre quise ser. Como la protagonista de
aquel relato que tanto envidiaba.
Me prometió que nunca me llevaría a París, que antes
viajaría por aquellos sitios en los que yo fuera el origen y también el
destino. Y entre mil promesas más acabé yo por conocer los caminos que me
atajaban a él.
Ahora, me arrepiento de no haber escrito estas memorias,
pero puedo asegurar que no me olvido ni lo haré de estos momentos dignos de ser
recordados. Porqué después de esto, no puedo más que reafirmar mí idea de que a
veces va bien hacer memoria y revivir aquellas historias que un día quedaron
dormidas en nosotros. Aquellas que nunca les damos el valor que merecen.
Sueles decir que recordar duele, pero a pesar de hasta dónde
llegue esta verdad, sin ellos no estaríamos aquí ni seriamos quien somos. Y
contra más lo pienso, más me doy cuenta de la importancia del mar en los míos.
Siempre me ha gustado el mar. Me vienen ganas de escribirle
versos sobre amor, vida, flores, o sobre la muerte… porqué como siempre, nunca
le faltan razones para darme y convencerme de que los haga.
Me levanté dispuesta a dirigirme a la cubierta con él cuando
me di cuenta de que me miraba, no sabía cuánto tiempo llevaba haciéndolo pero
en esos momentos esa preocupación estaba inerte. Me sonrió y me coloqué a su
vera. Me sentía protagonista del paisaje. Bonita, con el mar detrás. Y me
gustaba pensar que él, también lo notaba.